martes, 22 de septiembre de 2009

De nuevo, lamentablemente, "Triunfó la Vida"


Llegó la Segunda lectura de la Reforma Constitucional, y los asambleistas siguen dando muestras de su "vasto conocimiento en todos los temas mundiales" (nótese el tono irónico). En dicha lectura, la asamblea revisora ratifica el infame artículo 30 sobre la inviolabilidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural sin excepciones.

En este proceso se ha puesto de manifiesto como las negociaciones y los intereses por mantener el cargo de los legisladores pesa más que el compromiso con la nación. Pesó más la opinión anacrónica y retrógrada de las iglesias, que apoyándose en la falsa moralidad que sus dirigentes profesan, chantajean a los pobres y sacrificados asambleístas, no menos es la posición intransigente del PRSC que ahora enarbolan su ideología Demócrata Cristiana, defendiéndola hasta la saciedad, pero cuando hay que plegarse a cualquier otro partido para poder lograr favores, puestos y curules, entonces las ideologías pasan a ser relativas. Que pena, siempre digo, que dirían Duarte y Luperón. Que pensarían Manolo Tavarez, Juan Bosch, las Mirabal. Ya nadie recuerda lo que es defender una verdadera ideología con toda las fuerzas posibles.

Recientemente vimos el ejemplo más claro de la clase de representantes que tenemos en las declaraciones dadas por el "flamante" diputado Radhamés Ramos (el Chino), el mismo aquel que se hizo famoso por su probada vinculación con el tráfico de orientales a través de Haití, cuando se desempeñaba como cónsul en dicho país durante el gobierno de Hipólito, y el cual no sólo salió libre sino que también logro ser elegido Diputado, que tremendo ejemplar tenemos aquí. Pues este señor, defendió este artículo al punto de hacerse llamar: "diputado de la luz" y refiriéndose a los colegas que se opusieron como "diputados de la oscuridad".

Este señor no se conforma con burlarse de la inteligencia de los dominicanos de esta manera, sino que demuestra orgullosa y públicamente su falta de razonamiento y su poco usual semejanza con cualquier primate inferior en la escala evolutiva, cuando en plena sesión asambleísta expone lo siguiente, cito: “Escucho colegas hablar de que si le violan la hija o un pariente, y que entonce su hija va a parir una niña o un niño de un violador... eso es falso, existen métodos conocidos. Sólo pare si quiere parir porque, in so facto se descubre que está embarazada, se le hace la prueba, sólo tiene que colocarse en una escalera a 6 peldaños y bajar de glúteos, bajar de nalgas, esto va provocar un sangrado y cuando usted lleva a su niña a una clínica, el médico in so facto le hace una limpieza simple y llanamente. Esa es la realidad, pero además existen pastillas que se conocen bien, que sólo hay que colocarlas en la vagina, eso es así y se provoca un sangrado”. Que alguien me diga si ha oido semejante estupidez en un debate público alguna vez, porque sinceramente, esto parece un guión de una mala comedia. Este especimen, porque no se me ocurre otra forma de llamarle, no solo mal utiliza la expresión latina Ipso facto, diciéndo in so facto; sino que manda a las hijas de sus colegas a violar la propia constitución que el está ayudando a reformar, aparte de, todo aquel que conozca algo de medicina, sabe de la poca posibilidad que existe de provocar un aborto bajando de glúteos por una escalera, esto es risible, es simplemente increíble que algo así nos represente en el congreso.

Tengo varios días tratando de escribir sobre esto, pero tuve que esperar calmarme, porque cada vez que recordaba las palabras de este animal simplemente me daba pena y verguenza de ser dominicano en estos tiempos. Dónde quedaron los días de los grandes pensadores nacidos en nuestras tierras, de los ideales que levantaban el pueblo, dónde quedó esa raza de héroes que tantas veces liberó este país de tantas fuerzas opresoras. Pareciera que esta vez tenemos que liberarnos de nosotros mismos. Estamos a tiempo, eso creo, pero cada día crecen mis dudas.